Pocas figuras hay más castizas en
Madrid que la Virgen de la Almudena. Pero lo que no muchos saben es que su
historia está estrechamente vinculada con el origen árabe de la ciudad.
Una circunstancia que los narradores católicos supieron sacar partido siglos
más tarde. Fue en el marco de la estrategia marcada por Iglesia y Corona de
enterrar toda huella musulmana de Madrid.
Hasta tres leyendas llenas de errores y
contradicciones, con poco rigor histórico, se han utilizado para revestir su
figura del más alto grado de cristianización. Documentos elaborados con
posterioridad a la toma cristiana de la ciudad. Todo ello para justificar
la legitimidad de esta conquista como una Reconquista.
Sea como
fuere, de lo que no hay duda es del origen de su nombre.
Almudena deriva de Al-Mudayna
(ciudadela). Este nombre fue
adoptado para distinguirla de otras imágenes de la Virgen que existían en la
ciudad. Se hizo así porque las tres leyendas sitúan su aparición
en el antiguo recinto fortificado donde hoy se sitúan la Catedral y el
Palacio Real (arriba foto en blanco y negro del lugar donde fue hallada con la
antigua hornacina). El lugar donde nació Madrid.
La más célebre es la siguiente:
El apóstol Santiago,
trajo la imagen de esta Virgen cuando predicaba en España. Uno de sus
discípulos, san Colocero, la depositó en la iglesia de Santa María, donde los
madrileños la veneraban.
En el año 712 los
musulmanes avanzaban hacia la villa y por temor que profanaran la virgen, in
herrero madrileño ocultó la talla en un cubo de la muralla exterior con dos
velas encendidas, después tapó el cubo con mucho cuidado. Este secreto lo
guardó escrupulosamente una familia mozárabe y pasó muchos años de padres a
hijos.
Cuando en el año 1085
Alfonso VI conquistó Madrid, el rey se interesó por el paradero de la virgen,
estando obsesionado por encontrar la imagen. La persona que conocía el secreto
era una joven, pero como no sabía el sitio exacto donde se escondía la virgen,
y antes de decir nada a nadie, prefiere esperar…, el tiempo iba pasando y la
joven rezaba todos los días, pidiendo a Dios ayuda para encontrar a la virgen.
Una noche salió a la calle y cerca del arco se Santa María cae de rodillas
suplicando: “Señora, mi vida a cambio de tu imagen”. Al día siguiente, una
comitiva encabezada por Alfonso VI y guiada por la joven inicia la búsqueda,
los ruegos y oraciones invocan la ayuda divina. De pronto, al pasar por la
cuesta de la Vega, un ruido ensordecedor alerta a todos, fue entonces cuando el
muro comenzó a abrirse dejando al descubierto la imagen de la Virgen alumbrada
por las velas, que ardían desde hacía más de tres siglos. Alfonso en ese
momento se arrodilló, las campanas de la iglesia comenzaron a repicar y,
tendida en el suelo, quedó la muchacha muerta.
Ahora
bien, no se puede entender la presencia de una muralla, que no existió
hasta 150 años después. Pero claro, quien va cuestionar lo que se catalogó como
dogma de fe en una época monopolizada por la religión. Con esta historia, se
pretendía justificar la presencia de cristianos en la ciudad previa a la llegada
de los musulmanes. O lo que es lo mismo, desvincular todo origen de Madrid de la religión de Mahoma. Hoy
en día, la leyenda se representa así en este mismo lugar (dos fotos de abajo).
Más enrevesada es la segunda
teoría. Su historia se narraba en lámina de bronce situada en la antigua
Iglesia de Santa María de la Almudena. «Es tradición antiquisima que la milagrosa imagen de Nuestra Señora
de la Almudena fue la principal que se adoro en Madrid traida a ella de
Jerusalen por el apostol Santiago. En la perdida de España la escondieron los
fieles de esta villa en uno de los cubos de la muralla, donde estuvo 376 años».
Y continúa: «Restaurado Madrid mediante las
oraciones y ayunos de los devotos que tenían heredada la devoción de esta santa
imagen. Sin saber el lugar donde estaba escondida, se cayó milagrosamente el
cubo que la tuvo oculta en el riesgo. Se apareció tan incorrupta la materia de
que es fabricada como si aquel día fuese labrada de nuevo. Hoy esta con la
misma entereza».
Dicha leyenda es casi similar a la anterior. No obstante, varía
en que habla de una virgen
traída desde Jerusalén por el apóstol Santiago. ¿Alguien
va a dudar de la figura del discípulo de Cristo?
La tercera leyenda rescata la figura de El Cid.
Supuestamente la virgen se le apareció para pedirle que tomara Madrid. Rodrigo
Díaz de Vivar no dudó. Se acercó a la ciudadela árabe y la virgen apareció en
la muralla como narran las otras leyendas. ¿Quien cuestionaría a un hombre que
venció al infiel estando muerto?
Al margen de leyendas, probablemente la imagen fuera tallada durante la repoblación
cristiana. Su destino fue la Iglesia de la
Almudena. La talla actual (abajo) se venera en una capilla de la Catedral y data de fines del siglo XV o principios del XVI. Ahora
es la patrona de Madrid, antes fue emblema
de un relato contra la historia árabe de Madrid.
José Luis Muñoz Rodríguez
Presidente de ALMUCAT
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